domingo, 30 de noviembre de 2008

Origenes del peronismo: cambios politicos y sociales


En la etapa comprendida entre 1943 y 1946 –iniciada por el golpe militar del 4 de junio– se produjeron importantes cambios en la situación política y social de nuestro país. En esos años se fueron acentuando las diferencias ideológicas y los enfrentamientos dentro de las Fuerzas Armadas.
Durante la presidencia del general Farell se fue consolidando dentro del gobierno un sector nacionalista del Ejército, liderado por el coronel Juan Domingo Perón. Este sector planteaba la necesidad de un desarrollo industrial independiente y la plena incorporación de los trabajadores en el sistema político.
Perón representaba a una línea más flexible y de mayor apertura ante los problemas sociales. La nueva Secretaría de Trabajo y Previsión –creada por iniciativa del coronel Perón– produjo cambios fundamentales respecto de los gobiernos anteriores, tendientes a establecer una relación más fluida con el movimiento abrero. Para lograr tal objetivo se sancionaron una serie de reformas en la legislación laboral. Las principales medidas fueron:
El Estatuto del Peón, que estableció un salario mínimo y procuró mejorar las condiciones de alimentación, vivienda y trabajo de los trabajadores rurales.
El establecimiento del seguro social y la jubilación que benefició a 2 millones de personas.
La creación de Tribunales de Trabajo, cuyas sentencias, en líneas generales, resultaron favorables a las demandas obreras.
La fijación de mejoras salariales y el establecimiento del aguinaldo para todos los trabajadores.
El reconocimiento de la asociaciones profesionales, con lo cual el sindicalismo obtuvo una mejora sustancial de su posición en el plano jurídico.
Las reformas continuaron en 1944. Estas reformas impulsadas por Perón trajeron como consecuencia un acercamiento político entre el Estado y el movimiento obrero. El apoyo a estos cambios provino de diferentes sectores del sindicalismo. Una gran parte de los viejos obreros –nucleados en los gremios conducidos por los sindicalistas revolucionarios y socialistas– y la casi totalidad de los nuevos obreros –sin una alineación política definida– se pronunciaron a favor de la nueva política social. Esto fue el inicio de la formación de un bloque social y político constituído por una gran parte de los trabajadores y sus organizaciones sindicales y un sector nacionalista del ejército.

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